Voy a aprender a vivir
con tres gestos;
esto es:
la culminacion de mi existencia
en un, dos, tres;
como un zarpazo a la conciencia,
como una sintesis que abarque
hasta el no-ser.
Tres por humildad,
por la numerologia del mendigo.
Tres, antes de que me crezcan las barbas
que con cuatro se agota el tiempeo;
tres, y aun con ansias,
tres, que con dos no entrabas.
Voy a seguir lo que quede
en tres figuras,
y las combinare sin grises
antes ya del almuerzo,
en tiempos de ayuno
y en tiempos de gozo,
una, dos, tres,
hasta que caiga y se enturbie la noche.
Un ventilador,
el dador-de-aire:
me sustenta con tres aspas.
Ves? Ya te dije,
que con dos, era sin ti,
y no me bastaba.
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